04 julio 2007

los inicios del amor

De niño traes el amor a tus padres por naturaleza, luego lo reemplazas por tu familia, amigos, etc.. y uno va acaparando amor por quien se deje... Hasta que comienza la atracción por el sexo opuesto, ahí es cuando se pone buena la cosa, te enamoras de la maestra, de la vecina, coqueteos con primas (se dan a veces, no es que me haya pasado...NO) no puede faltar la compañera del salón a la cual le jalamos el pelo compulsivamente sin saber por qué... hasta que un funesto día quedas flechado por alguien de quien eres correspondido y comienza la batalla del amor de pareja. Antes de la adolescencia el hombre no siente deseos de andar besuqueándose con esos especímenes de faldas y cabelleras largas, es hasta después que comienza la atracción, esa cosquilla en el estómago, la torpeza inusual, el no poder despegar la mirada y sentir todo en cámara lenta, el sudor en las manos, palpitaciones agitadas, suspiros imprevistos. ¿Qué nos pasó? ¿Por qué perdemos la cabeza por el simple hecho de ver a una persona del sexo opuesto? ¿Qué provoca esos cambios?
No lo enseñan en secundaria, no es algo que nos digan que tenemos que hacer, es involuntario... Y es algo repetitivo y constante a lo largo de la vida, se va perdiendo poco a poco la emoción desmedida, se van haciendo más frías las ilusiones. Nos vamos haciendo más miedosos a ser lastimados, no nos dejamos suspirar con frecuencia y evitamos demostrar cuando nos gusta alguien. Comienza un juego de orgullos y tácticas... que se nos olvida esas primeras emociones, esos primeros besos que nos hacían sentir cosquillas en los labios y mariposas en la panza. T A R

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...Y a los treinta volver a sentir mariposas en el estomago es inigualable, pues la experiencia te dice que no cualquiera puede llegar a moverte el mundo con un solo beso.
Y a ese no cualquiera no lo dejes ir...

Anónimo dijo...

Efectivamente mi querido Lalo, somos víctimas de un laboratorio hormonal que nos provoca alucinaciones. Es como cuando mezclas dos sustancias que juntas causan una reacción explosiva y estas son las testosterona e la progesterona, que cuando se mezclan en el cuerpo del hombre causan un mayor flujo de adrenalina que a su vez causa un aumento en el ritmo cardiaco que a su vez causa la sudoración y las palpitaciones, suspiros involuntarios y hasta la erección. Pero nuestro cerebro no es ciego y sabe identiicar como en un juego de memoria quién provoca mas fuerte esas reacciones y eso causa el "enamoramiento químico corporal". Digamos que el organismo detecta a la presa y deja a la persona lista para la caza, lo que sería entonces el conocer a esa persona que nos causa tal alboroto hormonal.

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