11 julio 2007

Hablando de costuras

Una tarde tomando cerveza en Coyoacán con un querido amigo, comenzó un análisis filosófico de la vida a la macramé... Si, me compartió su concepto de la vida cual si fuéramos un tapete tejido, lleno de estambres e hilos.. que tal, muy profundo?? Aun estábamos sobrios, que quede claro eso!!! Pues consiste en lo siguiente, en la vida uno va tejiendo desde pequeño, aprende a hacer los primeros zurcidos y las técnicas de los ganchos... Nuestro entorno, amistades y nuestra forma de interactuar son los hilos que van haciendo nuestra materia prima... Hay momentos o personas que nos cambiar y hacemos figuras o tomamos colores distintos, no nos damos cuenta de todo pues estamos concentrados en la técnica del tejido solamente. Pero cuando nos tomamos un tiempo, una pausa y nos alejamos del tapete podemos apreciar todos los colores y figuras. Existen amigos o personas que nos ayudan a unir partes del tapete y ya, pasan por nuestra vida siendo un hilo unión nada mas, cumplieron su propósito y los recordamos con cariño e importancia en su momento, pero seguimos tejiendo y acompañándonos de las personas que si son hilos conductores de nuestro tejer. Lo feo es cuando súbitamente nos quitan uno de esos hilos fundamentales o se terminan, no sabemos continuar de momento y no sabemos como seguir, pero lo importante es poder continuar ya que en tu camino te vas haciendo de nuevos hilos y a veces mas firmes que los que tenias, hacen tu tapete mas fuerte y tu tejer mas sencillo.. Y pues ya estuvo bueno de tantos tapetes, tejidos y estambres... solo quería agradecer las amistades, la compañía y el haber compartido una que otra platica profunda con personas que son parte de mi tapete. Sigamos tejiendo....

04 julio 2007

los inicios del amor

De niño traes el amor a tus padres por naturaleza, luego lo reemplazas por tu familia, amigos, etc.. y uno va acaparando amor por quien se deje... Hasta que comienza la atracción por el sexo opuesto, ahí es cuando se pone buena la cosa, te enamoras de la maestra, de la vecina, coqueteos con primas (se dan a veces, no es que me haya pasado...NO) no puede faltar la compañera del salón a la cual le jalamos el pelo compulsivamente sin saber por qué... hasta que un funesto día quedas flechado por alguien de quien eres correspondido y comienza la batalla del amor de pareja. Antes de la adolescencia el hombre no siente deseos de andar besuqueándose con esos especímenes de faldas y cabelleras largas, es hasta después que comienza la atracción, esa cosquilla en el estómago, la torpeza inusual, el no poder despegar la mirada y sentir todo en cámara lenta, el sudor en las manos, palpitaciones agitadas, suspiros imprevistos. ¿Qué nos pasó? ¿Por qué perdemos la cabeza por el simple hecho de ver a una persona del sexo opuesto? ¿Qué provoca esos cambios?
No lo enseñan en secundaria, no es algo que nos digan que tenemos que hacer, es involuntario... Y es algo repetitivo y constante a lo largo de la vida, se va perdiendo poco a poco la emoción desmedida, se van haciendo más frías las ilusiones. Nos vamos haciendo más miedosos a ser lastimados, no nos dejamos suspirar con frecuencia y evitamos demostrar cuando nos gusta alguien. Comienza un juego de orgullos y tácticas... que se nos olvida esas primeras emociones, esos primeros besos que nos hacían sentir cosquillas en los labios y mariposas en la panza. T A R